Memorias del Kimchi

Toda persona, no coreana, al convertirse en "casi" fanático de esta nueva tendencia Han -moda que está surgiendo desde el principio del siglo XXI- experimenta, al ver en alguna que otra película o drama coreano, las apetitosas imágenes de la gastronomía de surcoreana; entre estos suculentos platos y alimentos, que nos deleitan, por su variada y diversa combinación de sabores y colores en platillos separados uno de cada otro, se puede notar como se resalta como plato favorito: el Kimchi (김치).

A partir de la repetida publicidad culinaria -acto que en nuestra cinematografía nacional no se le aplica a la arepa-, nos damos cuenta de que nuestro curioso apetito nos provoca de un majestuoso platillo que pretende ser delicioso. La realidad es que cuando se prueba tan anhelado bocado, el sabor es peor que aquella vez de haber comido el primer roll de sushi, ya que nos encontramos con solamente repollo picante. Sí, repollo ("Bae-chu"). Sí, picante.

he comido cinco veces este plato -en la tercera probada le agarre el gustico, el cual no se degusta como comida principal sino acompañante, así como la arepa, que no se come sola sino con "algo", el Kimchi se consume con otras comidas aparte. También existen platos principales que le agregan este repollo picante -también se puede hacer con pepinos y nabos- pizzas, sopas, arroces, pastas, etc..



Su aroma es fuerte y algo gustoso, pero su sabor es salado y bien picante. Otra de las características que me llama la atención de este acompañante son los beneficios que aporta a nuestro cuerpo: levanta las defensas, es antioxidante y elimina el colesterol; estimila el apetito y limpia los intestinos -lógico, es bien picante-, contiene proteinas, carbohidratos, calcio y una gran cantidad de vitaminas A, B1, B2 y C.